28 de Agosto del 2011.
“Cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que El Señor hizo con vosotros, estuve entonces en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua; y me dio El Señor las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios; y en ellas estaba escrito según todas las palabras que os habló El Señor en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea. Sucedió al fin de los cuarenta días y cuarenta noches, que El Señor me dio las dos tablas de piedra, las tablas del pacto.”
Deuteronomio 9: 9-11
Nuevamente hoy reflexionaremos sobre lo que significo este pacto tan hermoso que DIOS ha hecho con nosotros, estos versos están llenos de significancia y costumbrismo pues llenan a cabalidad los usos y costumbres Judíos, la primera parte del verso (9) deja de manifiesto el motivo de subir al Monte Sinaí, establecer un Pacto un pacto personal con cada uno de nosotros. Por ello, las tablas de la Ley son una prueba, una garantía acorde, insistimos, a los usos de la época del amor de Dios por Israel, pues puso por escrito, de su propio puño y letra (Éxodo 32:16 / Éxodo 31:18 / Deuteronomio 9:10) en ellas, aquellas Palabras de compromiso que había hablado al pueblo a los cincuenta días de salir de Egipto (Éxodo 20:1-17).
Palabras con las que nuestro Dios, al ser Eterno, le estaba ofreciendo a Israel la posibilidad de vivir juntamente con Él, también eternamente.
Muchos entienden este compromiso como un pacto matrimonial por la forma y términos en que fue escrito, Así, en las tablas de la Ley, Dios le muestra a Israel lo que hay en su corazón: amor por ella; y al entregárselas, legalmente le entrega también lo que hay en su corazón.
Según la costumbre de la época a la que hemos aludido, la carta de compromiso la cual expedía el esposo debía contener las responsabilidades de la esposa para con éste, y era en sí misma, una garantía legal del compromiso que adquiría el hombre, garantía ésta que en caso de ser necesario por algún incumplimiento del esposo la esposa podía usar como una prueba ante los tribunales, a fin de obtener una indemnización. Estamos hablando de los principios de lo que hoy conocemos como contrato matrimonial, o pacto matrimonial, como se le conocía en la antigüedad.
La enseñanza que me deja hoy la palabra de Dios es la seriedad con la que DIOS toma sus compromisos, desafortunadamente al día de hoy son pocas las personas que en forma seria acatan y cumplen sus compromisos aun los matrimoniales, es tan sencillo como cuando le decimos aun amigo lo importante que es en nuestra vida y llegado el momento “NO LO DEMOSTRAMOS” NUESTRAS PALABRAS SON SIMPLEMENTE ESO PALABRAS, no les damos la honra que se merecen y que DIOS no dio como muestra de su amor, el darle un verdadero significado y compromiso a nuestras palabras hace que DIOS se alegre y nosotros experimentemos esa plenitud y gozo que DIOS ha prometido, pero por el contrario cuando nuestra palabras no sirven para darle honra a nuestros compromisos debemos reflexionar y meditar profundamente en tal vez mi vida no es mas que un ligero retrato usado y gastado de alguien que quiero ser. Amen.
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