2ª de
Samuel 21:1-5
21:1 Hubo hambre en los días de David por
tres años consecutivos. Y David consultó a Jehová, y Jehová le dijo: Es por causa de Saúl, y por aquella casa
de sangre, por cuanto mató a los gabaonitas.
21:2 Entonces el rey llamó a los gabaonitas, y les habló. (Los gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del resto de los amorreos, a los cuales los hijos de Israel habían hecho juramento; pero Saúl había procurado matarlos en su celo por los hijos de Israel y de Judá.)
21:3 Dijo, pues, David a los gabaonitas: ¿Qué haré por vosotros, o qué satisfacción os daré, para que bendigáis la heredad de Jehová?
21:4 Y los gabaonitas le respondieron: No tenemos nosotros querella sobre plata ni sobre oro con Saúl y con su casa; ni queremos que muera hombre de Israel. Y él les dijo: Lo que vosotros dijereis, haré.
21:5 Ellos respondieron al rey: De aquel hombre que nos destruyó, y que maquinó contra nosotros para exterminarnos sin dejar nada de nosotros en todo el territorio de Israel,
21:6 dénsenos siete varones de sus hijos,
para que los ahorquemos delante de Jehová en Gabaa de Saúl, el escogido
de Jehová. Y el rey dijo: Yo los daré.
21:7 Y perdonó el rey a Mefi-boset hijo de Jonatán, hijo de Saúl, por el juramento de Jehová que hubo entre ellos, entre David y Jonatán hijo de Saúl.
21:8 Pero tomó el rey a dos hijos de Rizpa hija de Aja, los cuales ella había tenido de Saúl, Armoni y Mefi-boset, y a cinco hijos de Mical hija de Saúl, los cuales ella había tenido de Adriel hijo de Barzilai meholatita,
21:9 y los entregó en manos de los gabaonitas, y ellos los ahorcaron en el monte delante de Jehová; y así murieron juntos aquellos siete, los cuales fueron muertos en los primeros días de la siega, al comenzar la siega de la cebada.
Como ayer lo decíamos estos versos encierran un buen
numero de enseñanzas, sobre la vida personal de David y la forma de guiar a su
pueblo, una de estas y que ha sido motivo de muchos estudios por parte de
teólogos y Creyentes lo fue la actitud de David pues algunos creen que el
ejecutar esta venganza era la forma mas sencilla de eliminar a los
descendientes de Saúl, en 2 Samuel 21:1-14 se relata como ya lo leímos ayer una
venganza de sangre exigida por los gabaonitas en contra de la casa de Saúl.
Puesto que ésta no se ha ejecutado, una hambruna azota a Israel. El rey David,
preocupado, consulta a Dios.
Se le comunica que el castigo es por causa de una acción hostil de Saúl en contra
de los gabaonitas que no ha sido solucionada todavía. Cuando David dialoga con
este grupo, se le exige al rey que ejecute la venganza pendiente. Después de la muerte de siete
descendientes de Saúl, la armonía social es restablecida. Algunos
eruditos y teólogos suponen que este relato acusa al rey de utilizar la
hambruna como excusa para eliminar a los descendientes de Saúl. Otros lo
explican como una venganza de sangre que debe ser ejecutada. Por lo tanto, la
reflexión puede llevarnos a varias reflexiones entre ellas la relativa al pacto
que hizo Dios con su pueblo y en el cual entraban este pueblo de los
Gabaonitas, pacto que como ya fue dicho fue violentado por Saúl al tratar de
exterminarlos.
Es evidente que este relato no esta integrado en forma
cronológica a los hechos que hemos venido reflexionando en el libro de Samuel,
pero masa allá de esto, debemos entender que DIOS es celoso con los pactos que
hacemos con el, tal vez es momento de revisar cuales pactos hemos hechos nosotros
con el y que no hemos cumplido, o revisar aquello que le hemos dicho que le
entregaríamos y que no hemos cumplido, uno de estos pactos y tal vez el más
sencillo es aquel en el cual le prometimos ser sus discípulos en el cual le
dijimos al Señor que le seguiríamos y le pondríamos en Primer lugar en nuestras
vidas, mención que constantemente repetimos cuando alguien nos pregunta en que
creemos, pero al repetirlo en forma constante es un recordatorio del compromiso
hecho con Dios, la pregunta seria estamos dando cumplimiento al mismo, damos
honra con nuestros actos y palabras a lo prometido, esta promesa incluye una
relación constante con Dios, incluye una vida trasformada que impacte en
nuestras familias, en nuestros trabajos, en nuestras Iglesias, pero si lo único
que hemos hechos es expresar palabras sin contenido podemos estar expuestos a
lo que le sucedió a David en el verso (1), “Hubo
hambre en los días de David por tres años consecutivos” no es cosa
ligera prometerle algo a Dios y no cumplirle. Amen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario