Devocional 329
1a Samuel 2:11-36
Y Elcana se volvió a su casa en Ramá; y el niño ministraba a Jehová delante del sacerdote Elí.
El pecado de los hijos de Elí
Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová.Y era costumbre de los sacerdotes con el pueblo, que cuando alguno ofrecía sacrificio, venía el criado del sacerdote mientras se cocía la carne, trayendo en su mano un garfio de tres dientes,y lo metía en el perol, en la olla, en el caldero o en la marmita; y todo lo que sacaba el garfio, el sacerdote lo tomaba para sí. De esta manera hacían con todo israelita que venía a Silo. Asimismo, antes de quemar la grosura, venía el criado del sacerdote, y decía al que sacrificaba: Da carne que asar para el sacerdote; porque no tomará de ti carne cocida, sino cruda.Y si el hombre le respondía: Quemen la grosura primero, y después toma tanto como quieras; él respondía: No, sino dámela ahora mismo; de otra manera yo la tomaré por la fuerza. Era, pues, muy grande delante de Jehová el pecado de los jóvenes; porque los hombres menospreciaban las ofrendas de Jehová.
En los versos que nos narra la Biblia el dia de Hoy hay dos cosas que destacar, la primera es la forma en que Dios se refiere a los hijos del sacerdote Eli, diciendo de ellos que son Hombres impios y que no tenian conocimiento de Jehova, aun cuando su padre fuera el propio sacerdote del templo, afirmacion esta muy seria y delicada, pues todos esperamos que el ejemplo dado a nuestros hijos se traduzca en un buen caminar y seriedad en las cosas del Señor, peo esto no fue asi, y la segunda afirmacion que hace el Señor de Ofni y Fines, su peado era muy grande delante de Jehova, porque los hombres menospreciaban las ofrendas de Jehova, que duro es saber que nuestro comportamiento no agrada a Dios, pero mas duro es no hacer nada para remediarlo, muchas de las cosas que hacemos seguramente desagradaban a Dios, pero es mucho mas triste que no haya arrependtimiento en nuestros corazones, ahi esta la enseñanza del dia de hoy DIOS QUIERE NUESTRO ARREPENTIMIENTO.
Algunos comentaristas dicen sobre este texto lo siguiente;
"... El pecado de Elí, 2:11–17. Nos acordamos que Elí equivocadamente había acusado a Ana de ser una mujer impía (1:16). En realidad eran sus propios hijos que la Palabra de Dios acusa de ser impíos. Levítico 7 establecía la porción del sacrificio que el adorador le podría dar al sacerdote. Los hijos de Elí ni pedían permiso ni esperaban que se les diera del sacrificio. Ellos se servían de la carne y su conducta fue muy grosera. Además no seguían las instrucciones dadas por Dios en ese capítulo de Levítico referente a la manera correcta de ofrecer el sacrificio (v. 16). Y sobre todo trataban con irreverencia (v. 17) las ofrendas de Jehovah. La palabra hebrea aquí quiere decir no solamente despreciar sino también rechazar, Este fue el mismo pecado de Coré, Datán y Abiram (Núm. 16:30). Ellos “menospreciaron” (la misma palabra que aquí es traducida trataban con irreverencia) a Jehovah y descendieron vivos al Seol condenados por el juicio divino. Igualmente en el día de hoy dice Juan 3:36: … el que desobedece (o rehusa creer) al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él..."
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