1ª de Reyes 8: 44 - 51
8:44 Si tu
pueblo saliere en batalla contra sus enemigos por el camino que tú les mandes,
y oraren a Jehová con el rostro hacia
la ciudad que tú elegiste, y hacia la casa que yo edifiqué a tu
nombre,
8:45 tú oirás en los cielos su oración y su súplica, y les harás justicia.
8:46 Si pecaren contra ti (porque no hay hombre que no peque), y estuvieres airado contra ellos, y los entregares delante del enemigo, para que los cautive y lleve a tierra enemiga, sea lejos o cerca,
8:47 y ellos volvieren en sí en la tierra donde fueren cautivos; si se convirtieren, y oraren a ti en la tierra de los que los cautivaron, y dijeren: Pecamos, hemos hecho lo malo, hemos cometido impiedad;
8:48 y si se convirtieren a ti de todo su corazón y de toda su alma, en la tierra de sus enemigos que los hubieren llevado cautivos, y oraren a ti con el rostro hacia su tierra que tú diste a sus padres, y hacia la ciudad que tú elegiste y la casa que yo he edificado a tu nombre,
8:49 tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, su oración y su súplica, y les harás justicia.
8:50 Y perdonarás a tu pueblo que había pecado contra ti, y todas sus infracciones con que se hayan rebelado contra ti, y harás que tengan de ellos misericordia los que los hubieren llevado cautivos;
8:51 porque ellos son tu pueblo y tu heredad, el cual tú sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro.
Oración, Suplica, Arrepentimiento y Conversión
La Oración es escuchar y hablar, recibir, pedir, una amistad basada en reverencia,
la oración debe terminar al igual que empezó en adoración simplemente es escuchar y platicar con Dios. Y la adoración
es un placer constante para Dios Muchas
veces en nuestra vida cuando existe algún problema simplemente para y
escucha y así ira creciendo tu relación personal con Jesucristo. El merece que
le dediques tiempo y luego lo escuches, medita en lo estás diciendo, y Dios te
empezara a hablar por medio de su palabra.
El hablar y escuchar es la base de la comunicación, y la comunicación es la base de la
relación, no puedes tener relación si
no tienes comunicación, y si no tienes comunicación no puedes tener una buena
relación. La mente y la voluntad de Dios es que El quiere dirigir tus
pasos y disciplinarte en la oración y veras que tu vida tendrá éxito, esa es la
forma en que Dios dirige su voluntad en tu vida.
La Suplica es aquella que dirigimos a Dios
presentándole nuestras dificultades, aflicciones, temores, deseos, anhelos, y todo lo que
esperamos alcanzar con su ayuda en aquellas situaciones desagradables que
vivimos. Antes de suplicar a Dios debemos discernir la conveniencia o no de
nuestra petición a Dios puesto que muchas de las cosas que solemos pedir
dependen de nuestro esfuerzo personal más que de la intervención divina.
El Arrepentimiento
como creyentes, aún con una naturaleza de carne sobre
nosotros, tenemos falta y cometemos pecados. Dios está dispuesto a perdonarnos
siempre que vengamos a El con un corazón sincero, contrito y humillado. Siempre
que oramos, debemos reconocer ante Dios nuestras faltas y pecados y el es
misericordioso para limpiarnos y hacernos volver a nuestro lugar de origen con
El.
La conversión a Cristo; La palabra conversión, tal como la usamos en los círculos religiosos,
generalmente implica la aceptación de un sistema religioso de creencia. Pero el
significado fundamental en la Biblia es “volverse”,
por lo general, volverse a Dios. Esto, desde luego, nos plantea una pregunta
crucial:
¿De qué nos volvemos cuando nos
volvemos a Dios?
¿Qué dejamos cuando nos convertimos?
O en otras palabras, ¿por qué necesitamos
convertirnos? ¿Qué es lo que nos separa de Dios en primera instancia? El
profeta Isaías nos da la respuesta: “He aquí que no se ha acortado la mano del
Eterno para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras
iniquidades han hecho di visión entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros
pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír” (Isaías 59:1-2).
El apóstol Juan agrega:
“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos . . .”
(1 Juan 1:8).
Para recibir
las bendiciones y la ayuda de Dios, debemos volvernos a él reconociendo nuestros
pecados y apartándonos de ellos. SIGUE
ESTAS INSTRUCCIONE Y TU VIDA SERA LLENA DE BENDICIONES Y AMOR DE CRISTO. AMEN.
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