domingo, 25 de marzo de 2012

ABRE LAS PUERTAS DE TU CORAZON A DIOS Y DEJALO PASAR A HABLAR CONTIGO.


LA PRESENCIA DE DIOS .

Este es un pequeño manual escrito por T.W. Hunt y Claude V. King (publicación de Life Way) se trata de una guía diaria de seis semanas en los cuales los escritores intentan llevarte mediante consejos prácticos a realizar y elaborar tus oraciones mas eficazmente, me gustaría me  acompañes y que después de tres semanas platiquemos que nos ha sucedido tal vez tu vida de oración haya sufrido algún cambio y probablemente la mía también.

Versículo a Memorizar esta semana:
Juan 15:7

15:7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

La Oración no es un ejercicio unilateral o de un solo lado es un ejercicio que involucra dos lados, Dios y nosotros, la forma en que iniciamos nuestras oraciones habla del primero de los puntos a analizar, Dios dijo en Apocalipsis 3:20;

3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Si al iniciar la Oración abrimos la puerta de nuestro corazón y le decimos A Dios adelante entra en mi corazón, hablara de una actitud inicial de aceptar a nuestro señor en nuestra vida, de no solo hablar sin sentido en una reunión de frases y peticiones que no abonaran en nada a mejorar nuestras Oraciones, el comienzo de nuestras oraciones según los estudiosos de la Biblia Inicia con la Confesión una palabra que significa; “declaración que uno hace, voluntariamente o forzadamente sobre un hecho o acto que uno conoce”, Si deseamos iniciar una oración confesando que Dios es Rey es bueno, que Dios es Señor, que su Soberanía sobrepasa mi entendimiento, es bueno tal vez tu tengas algo que declararle al Señor, tal como el lo hijo en la Oración modelo que nos dejo en Mateo 6, que dice; “Padre Nuestro que esas en los cielos, Santificado sea tu nombre”, en ese solo tema podría deleitarme varios minutos diciéndole al Señor cuan grade y maravilloso es el y tal vez hoy después de escribir estas líneas lo haga pensando en que estoy tratando de que mi corazón este dispuesto a dejarlo entrar a hablar conmigo, te invito a hacerlo este domingo que vamos  a la casa del Señor a visitarlo. Amen. 

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