TECNICAS ESPECIALES. (SEMANA 16, Pagina 119)
BUENOS
DIAS CON BUENOS AMIGOS.
“CHARLES
SWINDOLL”
1er Libro de
Samuel 17:26,32.33.37.
26 Entonces habló David a
los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este
filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los
escuadrones del Dios viviente?
32 Y dijo David a Saúl: No
desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo.
33 Dijo Saúl a David: No podrás tú ir
contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un
hombre de guerra desde su juventud.
37 Añadió David: Jehová, que me ha
librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo
Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo.
Había algo especial en David al momento de
ofrecerse a enfrentar al Gigante de Gad, algo que Saúl no pudo ver y que muchos
de nosotros tampoco vemos, y es el corazón de las personas, así le sucedió a
Saúl, el solo pudo observar un Joven Pastor incapaz de poder vencer a un Gigante diestro en la
Batalla y en las artes de la guerra, David era la imagen viva de la debilidad e
incapacidad para dar un resultado tan grande como era vencer a este Gigante,
todo estaba en contra de David, uno ALTO
Y FUERTE, el otro pequeño y aparentemente débil, UNO DIESTRO EN LA BATALLA DESDE JOVEN, otro un simple pastor
de Ovejas, GOLIAT CON UNA ACTITUD
GANADORA Y RETADORA, el otro sencillo y humilde pero confiado y
decidido, UNO CUBIERTO Y ATAVIADO CON
ARMADURA Y LANZA, David expuesto con sus ropas de pastor y una pequeña
honda.
Así regularmente
son nuestros gigantes nosotros mismos les damos una estatura diferente de la
que tienen y solo podemos ver una pequeña parte de su exterior no somos capaces
de ver mas hacia el interior no solo de las personas sino de nosotros mismos,
desconfiamos de lo somos capaces de hacer o decir, el autor del Libro BUENOS
DIAS BUENOS AMIGOS, dice lo siguiente:
“…Muy a menudo
cuando nos enfrentamos a nuestros propios Gigantes Olvidamos lo que deberíamos recordar
y recordamos los que deberíamos olvidar...”
“… Recordamos
nuestras derrotas, y olvidamos nuestras victorias…”
David tenia muy
claro quien era el y sobre todo quien era el DIOS EN EL QUE EL CONFIABA, las
palabras del verso 37 me lo dicen y me confirman que para llegar a enfrentar a
los gigantes del Miedo de la desconfianza de la inseguridad, solamente podemos hacerlo
utilizando la propia armadura que Dios nos ha dado, de otra forma siempre
estaremos desprovistos de lo necesario para enfrentar a nuestros gigantes.
Amen.
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