LA DEPENDENCIA ES TAN MALA COMO PARECE.
Hechos 9:28-31
(RV60)
9:28 Y estaba con ellos en Jerusalén; y entraba y
salía, 9:29 y hablaba denodadamente en el nombre del Señor, y disputaba
con los griegos; pero éstos procuraban matarle. 9:30 Cuando supieron esto
los hermanos, le llevaron hasta Cesárea, y le enviaron a Tarso. 9:31 Entonces las iglesias tenían paz por
toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del
Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo.
Hechos 9:28-31 (TLA)
28 Desde entonces
Saulo andaba con los demás seguidores de Jesús en toda la ciudad de Jerusalén,
y hablaba sin miedo acerca del Señor Jesús. 29 También
trataba de convencer a los judíos de habla griega, pero ellos empezaron a hacer
planes para matarlo. 30 Cuando los
seguidores de Jesús se enteraron, llevaron a Saulo hasta la ciudad de Cesárea,
y de allí lo enviaron a la ciudad de Tarso. 31 En
las regiones de Judea, Galilea y Samaria, los miembros de la iglesia vivían sin
miedo de ser maltratados. Seguían adorando al Señor, y cada día confiaban más
en él. Con la ayuda del Espíritu Santo, cada vez se unían más y más personas al
grupo de seguidores del Señor Jesús.
Las Iglesias de Judea,
Galilea y Samaria no necesitaban del entusiasmado Pablo, su crecimiento y paz
se debía claramente a la confianza que ellas habían colocado en el Señor, su
constancia en la adoración, su confianza en su cuidado y sobre todo SU CONFIANZA EN EL ESPIRITU SANTO
ayudaron a su crecimiento, pero ante todo esto había un elemento que no podemos
dejar pasar por alto LA DEPENDENCIA, en la vida secular este concepto tiene una
connotación negativa, ser dependiente de algo demuestra poco carácter,
debilidad, de hecho algunos piensan que la dependencia se puede entender como;
“…Dependencia es el estado de carácter permanente en que se encuentran las
personas que, por razones derivadas de la edad, la enfermedad o la
discapacidad, y ligadas a la falta o
la pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la
atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar
actividades básicas de la vida diaria o, en el caso de las personas con
discapacidad intelectual o enfermedad mental, de otros apoyos para su autonomía
persona…”
Luego entonces debemos
tener claro que aquel que ha declarado a Jesús como su Señor y salvador si
tiene un nexo de dependencia pues reconocemos una discapacidad espiritual que
nos hace totalmente imperfectos, depender de Dios debe ser entendido como mi
capacidad mental de sujetarme voluntariamente a el, confiando en su soberanía y
sabiduría, todo creyente tiene un grado de dependencia en Dios que es
proporcional a su fe, pero también se depende de la Iglesia de Dios, pues cada
uno de esos antiguos creyentes de las regiones de Judea, Galilea y Samaria
sabían que no actuaban en forma individual sino como un solo cuerpo dependiendo
cada miembro uno del otro, por ello cada día debemos meditar, analizar que
grado de dependencia de Dios tengo y como puedo mejorarla.
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