DESDE LA PRESPECTIVA DE DIOS.
Romanos 8:22-23 (RV60)
8:22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con
dolores de parto hasta ahora; 8:23 y no sólo ella, sino que también
nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también
gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de
nuestro cuerpo.
Romanos 8:22-23 (TLA)
22 Nosotros
sabemos que este mundo se queja y sufre de dolor, como cuando una mujer
embarazada está a punto de dar a luz 23 Y no sólo sufre
el mundo, sino que también sufrimos nosotros, los que tenemos al Espíritu
Santo, que es el anticipo de todo lo que Dios nos dará después. Mientras
esperamos que Dios nos adopte definitivamente como sus hijos, y nos libere del
todo, sufrimos en silencio.
Es interesante leer que
Dios nos ha dado una gama de emociones que podemos experimentar día a día,
comúnmente hacemos critica de los hermanos que no ríen o que siempre tienen un
gesto adusto, y aunque sabemos que la risa tiene muchos beneficios y que
debemos reír siempre debemos buscar una vida de equilibrio en nuestras
emociones, otra emoción que podemos experimentar y amenudeo sucede es la
tristeza, es el sufrimiento y con ella el llanto y los gemidos que con ella
vienen.
La tristeza es un
sentimiento, es una emoción que sentimos cuando hemos perdido algo importante,
cuando nos ha decepcionado algo o cuando ha ocurrido alguna desgracia que nos
afecta a nosotros o a otra persona, también sucede cuando nos sentimos solos, a
menudo nos sentimos tristes.
La tristeza es un mal que
normalmente tiene una connotación negativa definitivamente quien no logra
entender su significado esta condenado a un sufrimiento sin fondo sin sentido,
esta condenado a seguir al siguiente paso que es la depresión, pero aquellos
que confían en el Señor tienen claro que la Tristeza también produce
dependencia de Dios, produce una autoanálisis para saber que por si solo una
persona nada puede lograr se requiere de Dios para salir adelante, Isaías 41:10
es un claro ejemplo de lo que el pueblo hebreo sintió al saber que serian
llevados como esclavos, por supuesto que hubo temor, sufrimiento pero Dios dio
el remedio oportuno en este verso 10;
41:10 No
temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te
esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi
justicia.
Otra promesa de Dios la
encontramos en Juan 16:33 que dice;
16:33 Estas
cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción;
pero confiad, yo he vencido al mundo.
No temer, no desmayar,
tener confianza, son algunas de las promesas que debemos aquilatar en los momentos
de prueba y aflicción. Amen.
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