CARTA A UN AMIGO;
Querido amigo;
Tal vez al leer esto intuyas que estoy escribiéndote a ti, quiero decirte que a lo largo del día hay varios espacios en los cuales obligatoriamente tienes que tener esa relación con Dios, la más importante es la que se da muy de mañana, es un tiempo especial, es un mensaje que dejas a DIOS diciéndole que no hay nada más importante que el, que tus primeros minutos del día se los dedicas a él, otros momentos de intimidad con DIOS, se dan a lo largo del Día, uno de ellos y que en lo personal ocupo es cuando llego a mi oficina enciendo mi ordenador y ocupo 5-10 minutos para ver que dejo el señor en mi bandeja del correo, me gusta observar y reflexionar los mensajes Bíblicos, discrimino los que me agradan y guardo aquellos que verdaderamente se que volveré a leer, hoy justamente al hacerlo encontré una carta que me pareció bastante buena en cuanto a su contenido, me explica que produce a nuestra vida, una (ENFERMEDAD) esa que yo mismo experimente hace algunos años, llegue a pensar que Dios me llamaría a su presencia, pero ese no era el camino que DIOS ME TENIA PREPARADO, en cambio me mostro el amor de muchos amigos, el amor de DIOS y el de mi familia, cuando ellos me cobijaron, me arroparon me cuidaron y me dejaron claro que su amor era incondicional, estaba justamente en ese momento ACTUANDO DIOS COMO MAESTRO me estaba enseñando con mi vida misma como debo ser yo al saber que otro hermano esta en prueba de salud, es decirme con cariño que debo preocuparme por mi familia, hermanos y amigos en esos momentos difíciles, por ello te dejo también esa carta que leí hoy espero te ayude y te deje claro que DIOS, tiene planes a tu vida y también a la mía.
“Por eso no nos desanimamos. Pues aunque por fuera nos vamos deteriorando, por dentro nos renovamos día por día” II Corintios 4:16.
Un día un paciente de cáncer fue a recibir tratamiento en el Hospital y mientras observaba en la sala de espera vio en una de las paredes un escrito que le ayudó a enfrentar la crisis del tratamiento y al regresar a casa lo puso en su oficina y sacó copias para compartir con amigos que pasaban por la misma penuria suya.
Hoy quiero compartirlo en este espacio, porque sé que será de ayuda para muchos. EL escrito llevaba por título: LO QUE EL CANCER NO PUEDE HACER. El cáncer tiene límites y no te puede invalidar para amar ni siquiera puede destruir la esperanza ni corroer la fe. El cáncer se ve tan poderoso, pero en realidad no lo es porque no puede destruir la paz ni matar la amistad. Se ve tan destructivo pero en realidad no puede destruir los recuerdos ni las memorias ni apagar el coraje ni siquiera invadir el alma. El cáncer está limitado.
Nos asusta el cáncer y aún que parezca un poderoso gigante en realidad no lo es, porque hay algunas cosas que el cáncer no puede hacer. No puede robarme la vida eterna ni conquistar mi espíritu. No puede romper los lazos de mi familia, porque más bien nos unimos más en medio de la adversidad.
El cáncer no puede tocar mi hombre interior porque las células de mi hombre interior son invencibles e invulnerables.
Este hombre exterior se puede desgastar pero el interior se renueva día tras día. Hay una esperanza que crece y un amor que se solidifica con el poder inmenso de la presencia divina en mi corazón.
Hoy puedo mirar con gozo a pesar de la angustia que me rodea y mirar más allá de la medicina, de la quimioterapia y sus consecuencias para decir…por dentro me estoy renovando pata Dios.
El cáncer puede destruir mis ahorros terrenales, pero no podrá tocar los celestiales por ni el ladrón la hurta ni el moho los contamina. El cáncer podrá destruir mis células pero jamás mi corazón, por él está en la mano del Señor.
El cáncer podrá tirar mi cabello a tierra pero nunca mi confianza en el Señor quién es mi castillo y mi refugio. Y en última instancia el cáncer podrá destruir mi cuerpo, pero el Señor puede destruir el cáncer con el poder de su Palabra, porque él es El Señor mi sanador.
Señor. Gracias por este día, porque sé que eres el Señor de todo y aún el cáncer está sujeto a tus pies. Mi vida te pertenece y aún mientras caminos por este valle de sombras en mi corazón me llevas por lugares de delicados pastos. Amén.
Dr. Serafín Contreras Galeano.
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