lunes, 6 de junio de 2011

HAS DEJADO UN AMALECITA VIVIR A TU LADO.



2ª de Samuel 1:1-10

1:1 Aconteció después de la muerte de Saúl, que vuelto David de la derrota de los amalecitas, estuvo dos días en Siclag

1:2 Al tercer día, sucedió
que vino uno del campamento de Saúl, rotos sus vestidos, y tierra sobre su cabeza; y llegando a David, se postró en tierra e hizo reverencia

1:3 Y le preguntó David: ¿De dónde vienes? Y él respondió:
Me he escapado del campamento de Israel. 

1:4 David le dijo:
¿Qué ha acontecido? Te ruego que me lo digas. Y él respondió: El pueblo huyó de la batalla, y también muchos del pueblo cayeron y son muertos; también Saúl y Jonatán su hijo murieron.

1:5 Dijo David a aquel joven que le daba las nuevas:
¿Cómo sabes que han muerto Saúl y Jonatán su hijo? 

1:6 El joven que le daba las nuevas respondió:
Casualmente vine al monte de Gilboa, y hallé a Saúl que se apoyaba sobre su lanza, y venían tras él carros y gente de a caballo. 

1:7
Y mirando él hacia atrás, me vio y me llamó; y yo dije: Heme aquí. 

1:8 Y me preguntó:
¿Quién eres tú? Y yo le respondí: Soy amalecita

1:9 El me volvió a decir:
Te ruego que te pongas sobre mí y me mates, porque se ha apoderado de mí la angustia; pues mi vida está aún toda en mí. 

1:10
Yo entonces me puse sobre él y le maté, porque sabía que no podía vivir después de su caída; y tomé la corona que tenía en su cabeza, y la argolla que traía en su brazo, y las he traído acá a mi señor.

La muerte de Saúl traerá un sin numero de consecuencias en la vida de David y en la vida del Pueblo israelita, pero lo primero que sucede es la muerte de este amalecita que tratando de agraciarse con David confiesa haber matado a Saúl a petición de este mismo, pero resulta curioso que este amalecita es el que CON UNA MENTIRA ANUNCIA A DAVID LA MUERTE DE ESTE PRIMER REY DE LOS JUDIOS, pues debemos recordar lo siguiente;

Qué significó Amalec en la vida del pueblo de Israel; Se lo nombra por primera vez en Éxodo 17:8, y se presenta como el primer enemigo con el cual éste se enfrenta a pocos días de su salida de Egipto. 

Amalec es uno de los tantos pueblos que habitaban en el desierto y que decide no permitir el paso de Israel por sus tierras, originando así la primera contienda en el camino a la tierra prometida.  

Es ahí donde Moisés intercede en medio de la batalla y debe ser ayudado por Josué y Aarón, quienes sostienen sus manos mientras el ora a favor del pueblo de Dios. 
También es en esa oportunidad que Jehová proclama a Amalec enemigo suyo y del pueblo de Israel y le da a Moisés la orden terminante de combatirlo hasta exterminarlo, ya que será su adversario por siempre.

Luego de muchos años, y cuando ya Israel tiene su primer rey, Saúl, y éste ya ha afianzado su reinado con sucesivas victorias sobre sus enemigos, recibe de parte de Dios la misma orden:  

“Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto. Ve, pues, e hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, aún los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.” 1º Samuel 15: 2 y 3.”

Saúl obedece a medias y, aunque presenta batalla y la gana, perdona la vida de Agag, rey de Amalec y de alguno de sus súbditos, además de apropiarse del ganado y despojos de guerra. 

Por esa desobediencia, Saúl es rechazado por Dios y Samuel recibe la orden de ungir en su lugar a un desconocido jovencito, David, como futuro rey de Israel. 

Sigue luego una cruenta historia de luchas y esfuerzos de Saúl por eliminar a David, hasta que finalmente, ya apartado del favor de Dios, muere en una batalla contra los filisteos. 

Dios ha preparado para nosotros, como hijos Suyos, un territorio espiritual que debemos conquistar día tras día, ya que nuestros enemigos carnales están siempre acechándonos para no dejarnos ocupar la posición que el Señor Jesús conquistó para nosotros. Y para nosotros también es la misma advertencia. 

Cuando conocemos al Señor y le hacemos centro de nuestra vida, El espera que abandonemos nuestros pecados, vicios y malos hábitos, representados en acciones, palabras y pensamientos que están lejos de Su voluntad. Estos son los “pueblos extraños” que debemos desalojar de nuestra vida, para ir sembrando en nuestro terreno, limpio de malezas, toda la semilla que ha de traer buen fruto. Esto es, hábitos y estilos de conducta que estén de acuerdo con lo que la Palabra de Dios nos enseña.  

Pero, ¿qué sucede la mayoría de las veces? Apartamos de nuestra vida los grandes pecados que, por su grosería y peso son demasiado evidentes. Pero de pronto, como Saúl, vemos que hay cosas que nos benefician o nos gustan y que nos duele eliminar. Hábitos que nos acompañan desde hace mucho tiempo, y a los que les hemos permitido hacer un nido dentro nuestro, y los escondemos ahí, pensando  que no son demasiado peligrosos y que los podemos dominar y a la vez disfrutar de ellos. Conductas equivocadas que persisten en nosotros a lo largo de los años, aún sabiendo que son un error y un tropiezo en nuestro andar cristiano.  

Cuidado, porque si le damos pié al mundo para que viva en nosotros, si lo alimentamos y le facilitamos un lugar, el mundo y todo lo que representa cortará nuestra comunión y dependencia del Espíritu Santo, arruinará nuestra vida espiritual y nos hará desobedecer a Dios continuamente, y seguramente nos podrá llevar a mayores problemas, en el caso de Saúl la Muerte. Amen. 



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