martes, 9 de agosto de 2011

PUREZA Y HUMILDAD DOS ELEMENTOS QUE NO DEBEN FALTAR EN TU VIDA.




HERMANO: Hoy en día en que los valores en los cuales se basan nuestras vidas se han trasformado de una manera impresionante, la gente cree que el éxito se basa en lo material, dejando atrás elementos de mucha mayor importancia, hay dos que me gustaría analizáramos detenidamente;  LA HUMILDAD” Y “LA “PUREZA” la primera tiene un significado muy especial;

Humildad es la característica que define a una persona modesta, alguien que no se cree mejor o más importante que los demás en ningún aspecto. Es la ausencia de soberbia.”

Actitud libre de vanidad. 2. No presumir de las virtudes y logros personales. 3. Actuar sin vanidad. 4. Virtud que posibilita a la persona a actuar sin arrogancia y presunción. 5. Actitud que denota reconocimiento de las propias cualidades y debilidades sin mostrar orgullo o pretensión.”

Jesús es el ejemplo mas claro y notorio de esta Cualidad, a lo largo de su Ministerio siempre enseño “la humildad” tratar el tema de la humildad es complicado debido a que el que más o el que menos de nosotros tiene arrestos de orgullo humano que es la contrapartida de la humildad. Este orgullo lo tratamos de disculpar con argumentos que nos favorezcan frente a la poca humildad que demostramos. Jesús enseñó y practicó la humildad. Dijo además: "El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido(Mateo 23.12).

"Vestíos, pues ... de humildad, de mansedumbre, de paciencia..." (Colosenses 3.12).

El vestirse significa "cubrirse". En verdad la humildad encierra una actitud mental. Es "la virtud que consiste en el conocimiento de la propia inferioridad" (Diccionario Ideológico). "Una virtud contrapuesta al orgullo" (Diccionario de la Biblia). La humildad no es cobardía ni debilidad. El orgullo refleja debilidad; mientras que muchas veces el desplegar humildad requiere valor y fortaleza.

En la Biblia, en el Antiguo Testamento, la palabra hebrea que se traduce "humíllate" significa literalmente "pisotéate". En Proverbios 6.3 leemos:  "...vé, humíllate..."  (pisotéate). En otras palabras, echa a un lado tu orgullo, reconoce tu error, endereza tus asuntos. En el Nuevo Testamento, en Colosenses 2.18 y 23, aprendemos que no todos los que aparentan humildad la tienen genuinamente. Algunos de aparente humildad pueden ser orgullosos tenaces. Su humildad aparente les sirve para conseguir lo que desean, si por alguna razón viene a tu mente alguna persona cercana algún familiar, algún hermano de la Iglesia, o tu vida misma si es que haces una ejercicio de consciencia y honestidad, es momento de cambiar o de orar por otros mas decididamente.

La humildad verdadera impide que la persona manifieste vanidad, orgullo, en mucho de los aspectos de su vida (1 Juan 2.15-17). El cristiano revestido de humildad no atrae indebida atención a sí mismo ni a sus aptitudes. Su humildad contribuye a que trate a otros con consideración y comprensión. En la iglesia de Cristo existen y han existido hombres predicadores del evangelio de Cristo ejemplos de humildad cristiana.

Puedo citar a Juan Wolfe, o al famoso predicador Isaac Hann quien fue un pastor casi desconocido que sirvió en una pequeña iglesia en Loughwood, Inglaterra, a mediados del siglo XVIII. Al final de su ministerio, los miembros de la iglesia sumaban 26 mujeres y 7 hombres. Y de esos hombres, sólo 4 asistían con cierta regularidad.

En una era de medios masivos y de mega-iglesias, ¿quién pensaría que esa fue una labor exitosa? En nuestro mundo actual, Isaac Hann sería considerado uno de esos pastores que nunca «lograron nada». Sin duda, no lo habrían invitado como orador a ninguna conferencia de pastores ni habría escrito ningún artículo sobre crecimiento de la iglesia. 

Sin embargo, cuando murió, a los 88 años de edad, sus feligreses colocaron una placa en la pared de su salón de reuniones, la cual se conserva hasta el día de hoy. Una parte dice:
Pocos pastores fueron tan humildes; aun así, pocos fueron tan admirados; tras madurar para el cielo por la gracia divina, como fruto de otoño cayó; lector, no pienses en vivir tanto como él vivió, sino busca hacerlo imitando su bondad. 



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