miércoles, 5 de octubre de 2011

EL VALOR QUE DIOS LE HA DADO A LA MUJER.





2ª de Samuel 24: 5-10

24:6 Después fueron a Galaad y a la tierra baja de Hodsi; y de allí a Danjaán y a los alrededores de Sidón. 

24:7 Fueron luego a la fortaleza de Tiro, y a todas las ciudades de los heveos y de los cananeos, y salieron al Neguev de Judá en Beerseba. 

24:8 Después que hubieron recorrido toda la tierra, volvieron a Jerusalén al cabo de nueve meses y veinte días

24:9 Y Joab dio el censo del pueblo al rey; y fueron los de Israel ochocientos mil hombres fuertes que sacaban espada, y los de Judá quinientos mil hombres. 

24:10 Después que David hubo censado al pueblo, le pesó en su corazón; y dijo David a Jehová: Yo he pecado gravemente por haber hecho esto; mas ahora, oh Jehová, te ruego que quites el pecado de tu siervo, porque yo he hecho muy neciamente

El día de ayer decíamos lo curioso que resulta que después de un trabajo tan arduo como un censo David al final simplemente se arrepiente y pide perdón, y reflexionando sobre la forma en que fue hecho este censo nos preguntamos cosas como, porque el censo duro tanto tiempo si geográficamente no era muy extensa las ciudades que visitarían, Porque fue Joab un Militar y no simplemente civiles, porque Dios daría primacía a la información que viene en el verso (9) al señalarnos básicamente hombres en primer lugar y después señalar que son fuertes y sacaban espada.

Hoy quisiera enfocarme en la ultima pregunta porque solo refirió a Hombres fuertes que sacaban espada  y no refirió como mujeres, niños ancianos, y hasta esclavos pues ellos formaban parte de la Sociedad Hebrea.

No debemos olvidar que la Sociedad hebrea estaba influenciada también por otras sociedades, y que el pueblo eras rebelde en el tema de la obediencia, pero encontramos alguna referencia del valor de la mujer en el libro del levítico capitulo 27 versos del 1-8 que dicen substancialmente lo siguiente; 

27:1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 

27:2 Habla a los hijos de Israel y diles:
Cuando alguno hiciere especial voto a Jehová, según la estimación de las personas que se hayan de redimir, lo estimarás así: 

27:3 En cuanto al varón de veinte años hasta sesenta, lo estimarás en cincuenta siclos de plata, según el siclo del santuario. 

27:4
Y si fuere mujer, la estimarás en treinta siclos.

27:5 Y si fuere de cinco años hasta veinte, al varón lo estimarás en veinte siclos,
y a la mujer en diez siclos. 

27:6 Y si fuere de un mes hasta cinco años, entonces estimarás al varón en cinco siclos de plata,
y a la mujer en tres siclos de plata.
27:7 Mas si fuere de sesenta años o más, al varón lo estimarás en quince siclos,
y a la mujer en diez siclos.

Esta referencia bíblica deja ver en cierto modo la forma en que la mujer era valorada en la sociedad Hebrea, mas sin embargo la perspectiva para Dios es diferente también encontramos menciones muy importantes de cómo era valorada la mujer como por ejemplo Proverbios 12:4    31:10 que dicen;

12:4 La mujer virtuosa es corona de su marido
Mas la mala, como carcoma en sus huesos.

31:10 Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? 
Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas

La evidencia del verdadero valor de la mujer es un desafío aun para las sociedades modernas en las cuales la figura masculina avasalla a las femenina considerándola no apta para ciertas labores y trabajos aun hoy en día no es difícil encontrar hombres que no le dan el valor tan especial que Dios le dio a la mujer, el motivo por el cual en el censo de David no esta mencionada la mujer obedece a que este censo salió del pensamiento y necesidad de la carne de David, y no de Dios, si Dios hubiera sido quien inspirara a David para realizar tal tarea seguramente la forma de hacerlo podría haber sido diferente,  pero lo que si es un hecho claro y tangible es que la forma en que debemos nosotros ver a nuestras mujeres, esposa, hijas, o amistades es la forma en que Dios la ve, una criatura perfecta llena de virtudes y con grandes  posibilidades, inteligentes y tiernas pero con la consigna de ser coronas a la cabeza de los varones, demos a la mujer el lugar que Dios le ha dado. Amen. 

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