2:5 Ya sabes
tú lo que me ha hecho Joab hijo de Sarvia, lo que hizo a dos generales
del ejército de Israel, a Abner hijo
de Ner y a Amasa hijo de Jeter, a los cuales él mató, derramando en
tiempo de paz la sangre de guerra, y poniendo sangre de guerra en el talabarte
que tenía sobre sus lomos, y en los zapatos que tenía en sus pies.
2:6 Tú, pues, harás conforme a tu sabiduría; no dejarás descender sus canas al Seol en paz.
2:7 Mas a los hijos de Barzilai galaadita harás misericordia, que sean de los convidados a tu mesa; porque ellos vinieron de esta manera a mí, cuando iba huyendo de Absalón tu hermano.
Seguramente has
experimentado en alguna ocasión los consejos de un Padreo una Madre, Con edad avanzada y sabiendo que en cualquier momento
partiría de esta vida terrenal y humana para la vida celestial y eterna, David
se preocupó en orientar a todos los hijos de Israel y a su hijo Salomón para
que tuvieran un futuro exitoso. En los consejos de David encontramos las claves
de lo que necesitamos para ser realmente felices hoy, mañana y siempre.
En los consejos de David a Salomón encontramos 5
recomendaciones que debemos practicar en nuestras vidas.
En primer lugar tenemos que reconocer a Dios. A pesar de que Salomón era un príncipe, al que no le
faltaba nada y había recibido la mejor educación y los mejores bienes, David
quería que Salomón supiera que Dios era el proveedor de todo lo que tenía.
En segundo lugar, hay que servir a Dios con un corazón íntegro. De nada sirve ponerse un disfraz de siervo de Dios
delante de los demás cuando en realidad, su corazón está lejos de Él. Dios no
quiere una iglesia religiosa e hipócrita. Lo que somos dentro de la Iglesia
también debe mostrarse afuera. Dios espera que nuestro servicio no sea algo
fingido, algo que hacemos por obligación.
En tercer lugar quiere que su primer pensamiento del día, todos los días, no simplemente una cita de domingo. Dios desea
influenciar su vida todos los días, todo el tiempo. Ser un siervo de Dios debe
ser su estado natural.
En cuarto lugar, David le dijo a Salomón que si buscaba a Dios, Él iba a
dejarse encontrar. Dios no va a andar detrás de nosotros
rogándonos para que lo obedezcamos. Jesús dijo “venid a mí”, sin importar cuál
sea el origen de la persona. Pero nosotros somos los que tenemos que dar el
primer paso. Si eso sucede, Él viene corriendo hacia nosotros, como hizo el
padre del hijo pródigo.
Por último, David le dijo a Salomón que tuviera en cuenta que Dios lo había
elegido. No importa cómo nos han etiquetado
los demás, Dios nos pone una que dice “Mi
elegido”. A las personas nos gusta etiquetar a los demás. Uno es
“conflictivo”, el otro es “soplón”, el novio de su hija es “inofensivo”, su
empleada es “dedicada”. David quería que su hijo no se preocupara con esas
etiquetas, sólo deseaba que Salomón supiera que Dios lo había elegido, sin
importar lo que dijeran los demás. Todos tenemos puntos fuertes y débiles, pero
lo que importa es que Dios nos ha elegido.
Podemos seguir estos consejos o desecharlos pero de una u otra forma
tenemos una buena oportunidad para ser mejores a los ojos de Dios solo necesitamos
decidirnos. Amen.
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