DIA 29 OPERACION JESUS.
SIRVE EN EL CUERPO DE
JESUS.
ROMANOS 12:1
12:1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Bastan solo dos versos para instruirnos en una gran enseñanza, Pablo es
claro al pedirnos en primer lugar que al presentarnos al señor lo hagamos en
tres formas; como
un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, que es nuestro culto racional
pero analizando este verso encontramos lo siguiente;
COMO UN
SACRIFICIO VIVO Y SANTO:
Dios, por su
misericordia, nos rescató de nuestra
vana manera de vivir de nuestra forma anterior de vida, (1 Pedro 1: 18),
estando, como gentiles, absolutamente perdidos, sin esperanza y sin Dios en el
mundo (Efesios 2: 20), nosotros, que en otro tiempo fuimos desobedientes a Dios
(Romanos. 11: 30), ahora hemos sido hechos hijos de Dios por adopción (Juan. 1:
12), y participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en
la revelación de su gloria nos gocemos con gran alegría. (1 Pedro 4: 13).
Pablo nos exhorta a una dedicación total a Dios, y lo hace de una manera
curiosa, comparando esa acción con un holocausto (sacrificio).
“…Como dice el
comentarista de Matthew Henry, "Siendo miembros de Cristo, y templo del
Espíritu Santo, este sacrificio es vivo, puesto que no se ofrece con muerte, sino con la vida de la víctima;
es santo, puesto que se ofrece en unión con Cristo, y por tanto, es aceptable a
Dios.
Esta es la verdadera liturgia, la verdadera adoración en espíritu y en verdad que Dios exige y acepta (ver Juan. 4: 24)"..”
COMO UN CULTO RACIONAL:
Nuestro sacrificio vivo deberá ser
nuestro “culto racional” o “culto espiritual” (logikén latreian), es decir la manera
cotidiana de vivir a partir de todo el aspecto humano de nuestra existencia
tripartita, es decir: Como espíritu, alma, y cuerpo; es decir, en la capacidad
y totalidad de todo nuestro ser.
Nuestro “culto
espiritual”, es decir, nuestra manera de vivir como cristianos, no debe
ser ausente de testimonio exterior.
Muchos dicen que su comunión con Dios es cosa de ellos
con Dios, y de nadie más, pero eso puede ser un planteamiento muy tipo gnóstico; demasiado místico, y aunque pretenda ser profundo, más bien es muy superficial.
Nuestro “culto espiritual” deberá
ser agradable a Dios, por lo tanto deberá manifestar un testimonio de santidad,
visible a todos, así como el mismo Jesús de Nazaret lo manifestaba a todos los
presentes.
Dios no quiere que llevemos vidas
“religiosas”, sino vidas santas, que den honor a Dios por el FRUTO VISIBLE que
aporten. Siempre, si hablamos de FRUTO, éste será visible. Amen.
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