EL PROPOSITO DE
DIOS EN LA PRUEBA.
JOB 23: 1-3 (RV60)
23:1 Respondió Job, y dijo: 23:2
Hoy también hablaré con amargura; Porque es más grave mi llaga que mi
gemido. 23:3 ¡Quién me
diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla.
JOB 23: 1-3 (TLA)
23 Job le respondió a Elifaz:
2 A pesar de
todo lo dicho, y de lo amargo de mis quejas, Dios me sigue castigando.
3 Si
yo supiera dónde vive, iría corriendo a
buscarlo;
Que claridad de mente demuestra el Varón Job, sabia
perfectamente y tenia definido su sentir estaba totalmente frustrado y dice el
verso (2) hablaba con amargura, si
recordamos el devocional del día de ayer decimos que el enojo tiene un ciclo, después de que tenemos el enojo, este produce aislamiento y después apatía, es aquí donde
debemos hacer una pausa y habiendo entendido
este proceso reaccionar y regresar al camino correcto, lo complicado de
este ciclo es que después de la apatía viene el resentimiento y después la amargura, estas dos ultimas
etapas son las que representan un mayor problema pues quedan guardadas en el
corazón y en muchos de los casos se convierten en parte de nuestra vida de
nuestro diario actuar, si lo que buscamos es manejar el enojo y saber controlarlo
y manejarlo adecuadamente debemos pedir a Dios su ayuda y dirección para
hacerlo.
Job sabe perfectamente lo que le sucede y reconoce que
las raíces de amargura se han infiltrado en su ser y corazón la palabra
utilizada para amargura es la palabra (merat
4804) (merit 4805) que tiene un significado muy especial; ser arrancado, ser
rebelde, irritado, provocado, rebelde,
es evidente que Job si estaba enojado y sus manifestaciones físicas correspondían
a esta palabra, por ello debemos estar preparados para enfrentar la prueba
donde el enojo sea parte de ella. Amen.
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