UNA CONVERSACION INESPERADA.
Hechos 9:1-4
(RV60)
9:1 Saulo,
respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino
al sumo sacerdote, 9:2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres
o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén. 9:3 Mas
yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente
le rodeó un resplandor de luz del cielo; 9:4 y cayendo en tierra, oyó una
voz que le decía: Saulo,
Saulo, ¿por qué me persigues?
Hechos 9:1-4 (TLA)
9 1-2 Saulo estaba furioso y amenazaba con matar a todos los seguidores
del Señor Jesús. Por eso fue a pedirle al jefe
de los sacerdotes unas cartas con un permiso especial. Quería ir a la ciudad de
Damasco y sacar de las sinagogas a
todos los que siguieran las enseñanzas de Jesús, para llevarlos presos
a la cárcel de Jerusalén. 3 Ya estaba Saulo por llegar a
Damasco cuando, de pronto, desde el cielo lo rodeó un gran resplandor, como de
un rayo.4 Saulo cayó al suelo, y una voz le dijo: ¡Saulo,
Saulo! ¿Por qué me persigues?.
Cuanto
resentimiento, Odio y malos sentimientos podemos guardar en el corazón,
pregúntate cuantas cosas equivocadas podemos almacenar en nuestra vida, sin que
al final del día estemos consientes de ello, o lo veamos como algo natural, es
importante saber que Dios es el que nos busca y no nosotros a el, me vienen a
la mente por lo menos tres parábolas que Jesús nos dejo de enseñanza de cómo el
nos busca decididamente; La parábola de la Oveja Perdida, la parábola de la
moneda perdida, y del Hijo perdido, en cada una de ellas la paciencia del
pastor fue un factor determinante, un amor sublime para todos aquellos que
hemos estado perdidos y por la gracia de nuestro Señor hemos sido rescatados,
que pensamientos pasaban por la mente de Saulo de tarso, que inesperadamente
escucho Saulo Saulo, Porque me persigues, piensa que en vez de este nombre el
que ahora escuchas es el tuyo propio, de tal forma que no puedes explicártelo.
El problema es que no queremos ser
ovejas de Cristo, y no nos damos cuenta que al no querer ser ovejas del Buen
Pastor, terminamos siendo “CABRAS MONTESES”; es decir,
incondicionales y acríticos seguidores de ideologías, modas, prejuicios, legalismos
humanos, etc. El problema es que nos engañamos pensando que seremos más libres
sin formar parte del rebaño de la Iglesia. Y así, venimos a ser oveja perdida e
hijo pródigo, por mucho que lo neguemos.
Hoy mi Oracion será pedirle al Padre
que te encuentre en ese camino a damasco, escuches tu nombre pronunciado por
Dios y respondas a el. Amen.
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