2ª de Samuel 20:1-5.
20:1 Aconteció que se hallaba allí un hombre perverso que se llamaba Seba hijo de Bicri, hombre de Benjamín, el cual tocó la trompeta, y dijo: No tenemos nosotros parte en David, ni heredad con el hijo de Isaí. ¡Cada uno a su tienda, Israel!
20:2 Así todos los hombres de Israel abandonaron a David, siguiendo a Seba hijo de Bicri; mas los de Judá siguieron a su rey desde el Jordán hasta Jerusalén.
20:3 Y luego que llegó David a su casa en Jerusalén, tomó el rey las diez mujeres concubinas que había dejado para guardar la casa, y las puso en reclusión, y les dio alimentos; pero nunca más se llegó a ellas, sino que quedaron encerradas hasta que murieron, en viudez perpetua.
20:4 Después dijo el rey a Amasa: Convócame a los hombres de Judá para dentro de tres días, y hállate tú aquí presente.
20:5 Fue, pues, Amasa para convocar a los de Judá; pero se detuvo más del tiempo que le había sido señalado.
Hoy seguramente Dios tiene algo nuevo en su enseñanza para nosotros, lo maravillosos de la palabra de Dios es que en cada ejemplo que nos dejo se encuentra una enseñanza viva que podemos aplicar a nuestra vida, hoy por ejemplo habla de Seba hijo de Bicri quien eras perverso; En el capitulo 20 de Segunda de Samuel había una persona llamada Seba hijo de Bicri. El era de Benjamín y estaba en contra de David. Después de la Guerra entre Absalón y David, hubo un desacuerdo entre la gente de Judá y la gente de Israel en traer de vuelta al rey. En aquel tiempo Seba el hijo de Bicri dijo a la gente; “No tenemos nosotros parte en David, ni heredad con el hijo de Isaí!”. Y luego la gente de Israel abandonaron a David y siguieron a Seba el hijo de Bicri.
Entonces Joab persiguió a Seba para matarlo. Seba entro en la gran ciudad de Abel. Joab estaba preparando una batalla para destruir la ciudad de Abel. Mientras tanto estaban acampando alrededor de la ciudad y construyendo una fortaleza con tierra.
En aquel tiempo una mujer sabia grito a Joab; “Tu procuras destruir una ciudad que es madre en Israel: Porque destruyes la heredad de Jehová?” Joab respondió diciendo: “La cosa no es así: mas un hombre del monte de Efraín, que se llama Seba hijo de Bicri, ha levantado su mano contra el rey David; entregad a ese solamente, y me iré de la ciudad. Después la mujer persuadió con su sabiduría a la gente de la ciudad y ellos cortaron la cabeza a Seba hijo de Bicri, y la arrojaron desde el muro. Finalmente paz vino a la ciudad de Abel.
Como hemos dicho en ocasiones anteriores nuestras acciones siempre traerán consecuencias, en este caso el enemigo esta listo a dejarnos la posibilidad de seguirlo nos presenta situaciones que pueden ser lógicas y claras pero MALAS AL FINAL DE TODO, la decisión que tomo la mujer de la Ciudad de Abel le valió ser reconocida y mencionada en la BIBLIA; el cortar la cabeza de Seba significo hacer lo correcto contra aquel se había atrevido a hablar contra David, así también nosotros debemos tomar decisiones que alejen a las malas personas de nuestra vida, en ocasiones por complacencia o falta de carácter no lo hacemos y permitimos que convivan con nosotros sin mayor problema y hasta vemos bien lo que hacen o lo que dicen.
La gente de Abel recibieron a Seba en la ciudad y le dieron la bienvenida sin saber quien era. A partir de entonces la ciudad de Abel estaba en peligro de destrucción total, por Seba. A la gente de la ciudad le gustaba Seba y disfrutaban estando con el en fiestas y bailes ya que Seba parecía una persona buena y prudente.
Creo que así es el pecado y el enemigo se nos presenta como algo bueno sin problema, es mas tiene una buena apariencia y nos parece de primera instancia aceptable, pero si hacemos siempre el ejercicio de analizar y pensar un poco sobre este tipo de cosas tal vez podamos distinguir los ataques que el enemigo nos lanza bajo la careta de bienestar, No hay nadie quien pueda sacar una foto ni ver exactamente el corazón del hombre. Después de que Adán y Eva pecaron contra Dios, sus ojos se abrieron para ver el mundo material, pero sus ojos espirituales, que pueden ver el corazón del hombre, fueron cerrados. Por eso nadie sabe exactamente porque tienen esos pensamientos ni porque vienen a sus corazones. Amen.
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