2ª de Samuel 22: 36 – 40
22:36 Me diste asimismo el escudo de tu
salvación,
Y tu benignidad me ha engrandecido.
22:37 Tú ensanchaste mis pasos debajo de mí,
Y mis pies no han resbalado.
22:38 Perseguiré a mis enemigos, y los destruiré,
Y no volveré hasta acabarlos.
22:39 Los consumiré y los heriré, de modo que no se levanten;
Caerán debajo de mis pies.
22:40 Pues me ceñiste de fuerzas para la pelea;
Has humillado a mis enemigos debajo de mí,
La frase ensanchare mis pasos debajo de mi es una
expresión relacionada con el verso 34 que dice, Quien hace mis pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis
alturas; esto quiere decir que Cuando vengan
problemas debemos ir a las alturas quiere decir que cuando estemos en
problemas debemos mantenernos en las alturas debemos estar metidos en el cielo,
orando, suplicando a Dios su ayuda porque como vimos la palabra alturas quiere
decir claridad de visión porque allí Dios va a hacer que veamos las cosas
claras las cosas como El las ve, o como el quiere también significa
fortaleza, porque cuando nos acercamos a Dios El nos da fortaleza, el renueva
nuestras fuerzas como el águila.
Cada uno de los versos que Dios nos deja tiene un
significado especial y nos es revelado por su gracia infinita, no solamente es
leerlos es escudriñarlos es hablarlos con Dios diciéndole que nos indique que
trata de decirnos por ejemplo en los versos 38 y 39 es una clara referencia a
los nombre utilizados para Jehová en el antiguo testamento “JEHOVA NISSI” que
significa; El Señor es mi bandera.
Dios nos da la victoria contra la carne, contra el
mundo y contra el diablo. Nuestras batallas son sus batallas de la luz contra
las tinieblas y del bien contra el mal, podemos encontrar esta referencia en
los siguientes textos Bíblicos, Éxodo 17:15,16; Deuteronomio 20:3,4, Isaías
11:10-12 ;Efesios 6:10-18.
Los Versos 42 y 43, describen claramente lo que David
podía hacer con la ayuda de Dios, con su dirección y apoyo, David tenia
perfectamente claro que nada podía realizar si no era de la mano de el, su fortaleza no dependía de sus fuerzas
propias sino de las que Dios le da, pero su transcripción es poética y hermosa;
22:42 Clamaron, y no hubo quien los salvase;
Aun a Jehová, mas no les oyó.
Aun a Jehová, mas no les oyó.
22:43 Como polvo de la tierra los molí;
Como lodo de las calles los pisé y los trituré.
Es evidente que la enseñanza se dirige a nuestra
confianza en Dios, en reconocer que de su mano la victoria es segura, que de su
mano la Batalla esta ganada, y que nuestros temores deben desaparecer, debemos
estar seguros que Dios cumplirá sus promesas y no fallara. Amen.
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