A SOLAS CON DIOS.
“LA ORACION EN ACCION”.
Cuando hablamos de que pedirle a Dios, no
solo para nuestra vida sino para la de otros nuestra mente debe estar muy
clara, un ejemplo lo tenemos en Pablo quien en su constante ejercicio de
Oración tenia un tema por el que hoy podemos empezar LA DIGNIDAD, un tema recurrente en las oraciones de este
gran varón de Dios.
1ª de Tesalonicenses 1:11
Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por dignos de su
llamamiento, y cumpla todo propósito de bondad y toda
obra de fe con su poder,
Dignidad se refiere a nuestro carácter
espiritual, es una petición para ser el tipo de gente que Dios quiere que
seamos, todos absolutamente todos merecemos la muerte y no nos merecemos la
salvación, esto era cierto hasta que Dios nos salvo, por lo tanto debemos tener
claro que Dios salva al que no es digno y lo convierte en Digno, la definición
secular tiene una connotación contraria a los que Dios nos dice;
“La dignidad, o cualidad de digno, deriva
del adjetivo latino dignus y se traduce por «valioso». Hace referencia al valor inherente
al ser humano en cuanto ser racional, dotado de libertad y poder creador, pues
las personas pueden modelar y mejorar sus vidas mediante la toma de decisiones
y el ejercicio de su libertad. Valóricamente
se tiende a afirmar que el ser humano posee dignidad por sí mismo, no viene dada por factores o
individuos externos, se tiene desde el mismo instante de su fecundación o
concepción y es inalienable.”
Por ello es importantísimo entender su
valor John Mac Arthur dice al respecto;
“… Es en el sentido Práctico que Pablo le
pide a Dios que nos haga mas dignos, Dios quiere que usted se merezca mas el
llevar su nombre y el usara sus sufrimiento para alcanzar esa meta; esto da
muestra evidente del justo juicio de Dios para que seas tenidos por dignos del
reino de Dios, …”
“… Esta es una petición que debería estar
en los labios de todo creyente, todos deberíamos desear que ningún creyente
traiga reproche a Cristo o deshonre su nombre. Pablo tuvo que dirigirse a un
grupo de personas de la Iglesia de Tesalónica que estaban haciendo eso…”
Nosotros tenemos el gran privilegio de
llevar el Nombre de Dios como nuestro Padre y la responsabilidad de ser dignos
de tal hecho, si no le concedemos el valor que tiene este hecho no podremos
entender lo que Dios quiere para tu vida y la mía, ser dignos de ser llamados
hijos de Dios no es solo una palabra es un estilo de vida que evidencia quien
eres y lo que eres. Amen.
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