viernes, 19 de octubre de 2012

UN SOCIO PRUDENTE E INTELIGENTE (LA ESPOSA)



UN SOCIO PRUDENTE E INTELIGENTE                  (LA ESPOSA).

JOB 2:10

Reina Valera 1960.

2:10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios. 

POR CUARTO DÍA CONSECUTIVO, el verso 10 del capitulo segundo del libro de Job, toma parte de nuestros minutos devocionales para entender porque el consejo de Job en este verso es tan bueno y útil a nuestra vida matrimonial, no dejo de mencionar la riqueza de la palabras de Job, DIOS NO HACE NADA POR COINCIDENCIA, siempre sus planes son perfectos, el que en lo particular estemos leyendo este libro, por alguna razón el quiere; que entendamos como tratamos a nuestras esposas, Job tenia bien claro el papel que había jugado su esposa en el matrimonio, podemos decir que fue testigo fiel y parte activa de su bonanza, de su buena imagen publica, del crecimiento de sus bienes y hasta de la imagen de los Hijos, ayudo fervientemente en su educación, colaboro seguramente en su dirección y sobre todo fue su brazo derecho en los momentos difíciles que enfrento, no solo en estos que en verdad son terribles, Job tenia todo ello en mente al momento de contestarle, sus palabras no fueron hostiles, ni groseras, fueron claras y precisas,  tomo en cuenta su amor, su dedicación, sus consejos, así debemos de imitar al varón experimentado en dolores (Job).

Job no era desconsiderado con los demás siempre fue una persona preocupada por su bienestar, porque no habría de serlo con su propia esposa, Job se caracterizaba por su marcada preocupación por los demás los versos (5b) y (8b) dicen;

Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.

varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?

No importa lo muy conocido o lo muy importante que seas, no importa cuanto tiempo hayas estado casado, no importa cuanto dinero tengas, no importa cuan grade sea tu compañía, o la iglesia a la que acudas, o los títulos que tengas, nada de eso importa cuando al tratar a nuestras esposas, lo único que tengamos en mente es lo que nos dice Filipenses 2:4.

2:4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.

Espero entender perfectamente el consejo tan sabio de nuestro Dios y ponerlo en práctica diaria para bienestar de nuestras esposas y nuestras familias. Amen. 

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