UN SOCIO PRUDENTE E INTELIGENTE (LA ESPOSA).
JOB 2:10
Reina Valera 1960.
2:10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has
hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En
todo esto no pecó Job con sus labios.
POR CUARTO DÍA CONSECUTIVO, el verso 10 del capitulo segundo del libro de Job, toma
parte de nuestros minutos devocionales para entender porque el consejo de Job
en este verso es tan bueno y útil a nuestra vida matrimonial, no dejo de
mencionar la riqueza de la palabras de Job, DIOS NO HACE NADA POR COINCIDENCIA,
siempre sus planes son perfectos, el que en lo particular estemos leyendo este
libro, por alguna razón el quiere; que entendamos como tratamos a nuestras
esposas, Job tenia bien claro el papel que había jugado su esposa en el
matrimonio, podemos decir que fue testigo fiel y parte activa de su bonanza, de su buena imagen publica, del crecimiento de sus bienes y hasta de
la imagen de los Hijos, ayudo fervientemente en su educación, colaboro
seguramente en su dirección y sobre todo fue su brazo derecho en los momentos
difíciles que enfrento, no solo en estos que en verdad son terribles, Job tenia
todo ello en mente al momento de contestarle, sus palabras no fueron hostiles,
ni groseras, fueron claras y precisas,
tomo en cuenta su amor, su dedicación, sus consejos, así debemos de
imitar al varón experimentado en dolores (Job).
Job no era
desconsiderado con los demás siempre fue una persona preocupada por su
bienestar, porque no habría de serlo con su propia esposa, Job se caracterizaba
por su marcada preocupación por los demás los versos (5b) y (8b) dicen;
Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán
blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.
varón perfecto y recto, temeroso de Dios y
apartado del mal?
No importa lo
muy conocido o lo muy importante que seas, no importa cuanto tiempo hayas
estado casado, no importa cuanto dinero tengas, no importa cuan grade sea tu
compañía, o la iglesia a la que acudas, o los títulos que tengas, nada de eso
importa cuando al tratar a nuestras esposas, lo único que tengamos en mente es lo
que nos dice Filipenses 2:4.
2:4 no mirando cada uno por lo suyo
propio, sino cada cual también por lo de los otros.
Espero entender
perfectamente el consejo tan sabio de nuestro Dios y ponerlo en práctica diaria
para bienestar de nuestras esposas y nuestras familias. Amen.
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