29 DE Noviembre del 2010.
Mateo 13;47-50
13:47 Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces;
13:48 y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.
13:49 Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos,
13:50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
NO JUEGUEMOS AL BUENO Y AL MALO, ES PELIGROSO.
En esta parábola que relata Jesús, su escena principal se torna en las actividades propias del lago de Genezaret, es común y corriente sentarse para a observar el recuento y clasificación de los peces después de una jornada de pesca. Se sabe que el lago era rico en variedad de peces, pero entre ellos habían de todo tipo de peces y esos peces somos nosotros mismos, algunos son buenos peces y otros no tanto, pero con independencia de que nosotros mismos tomamos una decisión de seguir a cristo el SEÑOR ES QUIEN NOS HA ESCOGIDO.
Así es como Jesús, estando en medio de los pescadores, a la orilla de lago y entre redes y barcas, les habla de algo que es sumamente familiar. En efecto, Jesús les habla con el mismo lenguaje de la actividad diaria de los pescadores, es así como las enseñanzas del Maestro no solo entran al corazón por los oídos, también por los ojos.
La comparación parabólica es integral, es sobre la separación de “malos” y “buenos”, y es lo que sucederá también al final de los tiempos, enfatizándose más la obra sobre los “malos”, ya que el destino para los buenos se da por sabido.
Dice el Señor que; El Reino de los cielos se parece también a la red que los pescadores echan en el mar y recoge toda clase de peces. Es como en nuestra Iglesia, somos muchos los que por el bautismos le pertenecemos, pero no todos viven con fidelidad a ella, es así como tiene muchos fieles que participan, algunos los hacen activamente, otros según como les acomode, otros resultan perjudicial, y muchos bautizados nunca se han sentido sus miembros.
La expresión “toda clase de peces”, nos enseña que nadie esta excluido, ni por origen, cultura o raza, tampoco por su nivel de bondad, compasión o maldad, ni por su clase, condición económica o educación, esto es, se alude a la universalidad del Reino. Cuando el pescador lanza sus redes al mar, sabe que en sus redes vendrá una diversidad de peces.
Nosotros somos los peces, y no nos corresponde decir quienes son los buenos y los malos, del mismo modo no concierne juzgar quien debe entrar o no al Reino, así entonces, conviviremos unos con otros, a fin de que los buenos, busquen la santidad entre los malos, y los malos viendo la actitud de los buenos, encuentren un estímulo para cambiar de vida.
Nosotros, ¿Hemos entendido lo que nos dice Jesús? Ante de responder ahora, examinemos nuestra fe, pues no basta pertenecer a la Iglesia de Jesucristo, es preciso poseer el Espíritu de Jesucristo, y obrar en conformidad a él. Revisemos entonces si en nuestro modo de vida asimilamos el espíritu del Evangelio.
Así es como, para alcanzar la gloria del Reino, no lo haremos por la simple pertenencia de la Iglesia, sino por la fidelidad al espíritu y exigencia del Evangelio enseñado por Jesús.
ORACION.- SEÑOR MI DIOS, GRACIAS POR ESTE NUEVO DIA LLENO DE ESPERANZA Y RENUEVO DE ILUSIONES TE GARDEZCO TU AMOR Y FIDELIDAD Y TE PIDO MI DIOS NOS DES LA GRACIA DE SER DE AQUELLOS QUE SON BUENOS PECES, QUE NOS DEJES EN EL CANASTO DE LO QUE SIRVE Y NO SIENDO PESCADOS POR LA RED NOS DESECHEN POR NO SERVIR, ENSEÑANOS EL CAMINO QUE DEBEMOS SEGUIR DIARIAMENTE. AMEN.
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