UNA PRUEBA DE
OBSTACULOS. (SEMANA 23, Pagina 167)
BUENOS DIAS CON
BUENOS AMIGOS.
“CHARLES
SWINDOLL”
1 Reyes 17: 5-7
17:5 Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán.
17:6 Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.
17:7 Pasados algunos días, se secó el arroyo, porque no había llovido sobre la tierra.
EL ENTENDER EL ENTRENAMIENTO QUE DIOS LE DIO A ELIAS, es comprender el entrenamiento propio, no se trata del retiro de un día,
o las dos semanas que pasan nuestros hijos fuera, ni tampoco se trata del fin
de semana en el cual aprovechamos para descansar, se trata de un entrenamiento
que dura muchos años, cada vez que dios permite una prueba en tu vida eres
enviado al arroyo de Querit, y nuevamente comienza el entrenamiento, cada vez
que Dios permite que salgas de tu zona
de confort, es ahí cuando Dios nos entrena y prepara para salir de la prueba,
entender que la enseñanza de Elías solamente nos deja claro que Dios esta
preocupado por ayudarnos en cada evento de prueba que enfrentamos y que siempre
nos dará la dirección necesaria, eso es lo verdaderamente importante, no creer
que el entrenamiento es de un solo día o algunos como lo narra en la Biblia y
en especial en estos versos.
A Los que les
agrada el deporte saben que cuando están entrenando para alguna competencia el
entrenamiento es indispensable y saben que hay varios puntos en los cuales su
actividad debe girar, sin ello su resultado será negativo;
La Intensidad.
La alimentación.
La técnica.
La Rutina.
La Actitud.
El Peso.
La Genética.
El complementar
cada uno de estos conceptos adecuadamente darán un resultado positivo y
seguramente el deportista obtendrá un resultado ganador, así es nuestra vida
personal, si valoramos cada uno de estos elementos en nuestro entrenamiento con
Dios y lo aplicamos correctamente nuestro resultado será positivo, por ejemplo
y solo por mencionar el primero de ellos, LA
INTENSIDAD, a lo largo del día en cuantas ocasiones oramos, cuantas
ocasiones abrimos nuestra Biblia, o en cuantas ocasiones nos detenemos a
escudriñar un momento la enseñanza a la luz de la Biblia y no de nuestros
propios conceptos, tal vez ahí tendremos una idea clara de cómo estamos
entrenando en el tema de la intensidad, y por consecuencia sabremos como
estamos en el entrenamiento.
Lo bueno de todo
esto es que hoy es un día en que el entrenamiento puede cambiar radicalmente y
rehacerlo para mejorar en nuestras propias marcas. Amen.
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